Los vecinos de Rímini, un pueblo balneario de la costa adriática italiana, son gentes amables y corteses que se dedican afanosamente al trabajo. Sólo cinco jóvenes rompen la armonía de la comunidad, ninguno de ellos ha trabajado nunca y ni siquiera se avergüenzan de ello. El pueblo entero es testigo de sus correrías y su inmadurez. Todos ellos, parásitos de sus familias, demuestran ser incapaces de asumir responsabilidades.